La pediatra de emergencias tiene el deber de cuidar a sus pequeños pacientes. Si la llaman de una urgencia, cogerá su maletín y acudirá rápidamente. Para consolar a los más pequeños, siempre lleva un osito de peluche, que ahuyenta el dolor y las preocupaciones en poco tiempo. Muchos trabajadores del sector del comercio, atención médica y servicios de emergencia se aseguran de que nuestras vidas funcionen sin problemas todos los días. Todos/as ellos/as son los héroes y las heroínas de nuestra vida diaria y merecen nuestro reconocimiento y respeto.